Si había dudas respecto a la elección de este oponente para Ortiz en esta etapa de su carrera, respecto a los estilos — definitivamente no.

Sí, de Vergil se esperaba otra cosa: ir por cinturones, enfrentar nombres más grandes. Pero Lubin es precisamente el tipo de oponente con el que la pelea debería resultar interesante.

Erickson es un boxeador que suele trabajar en función del rival. Los episodios de actividad y de tomar la iniciativa son normales para él, pero su tarea principal es atrapar al oponente en un error.

Ortiz es lo contrario. Él toma la iniciativa y avanza. Ataca, presiona, obliga al rival a equivocarse bajo la presión que él mismo genera.

Vergil Ortiz, con 27 años, es tres años menor, pero tiene más nombres destacados en su récord. Compare:

Ortiz se enfrentó a Bohachuk, Madrimov, Dulorme, Kavaliauskas, Hooker — y venció a todos, la mayoría antes del límite.

Lubin peleó con Fundora, Gausha, y con un Ishe Smith ya en el final de su carrera, además de Charlo. A los dos primeros de esa lista les ganó, pero contra Charlo y Fundora perdió antes del límite.

Este componente puede volverse clave.

El estilo se refleja en las estadísticas.

Ortiz lanza más golpes — él es el iniciador, siempre avanzando.

Lubin es más preciso. Incluso en la pelea contra Fundora, que perdió antes del límite, conectó el 33% de sus golpes — una cifra muy alta.

Dirección de los golpes:

Ortiz trabaja más variado, golpeando tanto a la cabeza como al cuerpo — alrededor de 28% de sus golpes van al cuerpo.

En Lubin, este porcentaje muchas veces no supera el 5%, dependiendo del rival.

Ambos hicieron una pelea en 2025.

Ambos ganaron — pero de formas distintas.

Ortiz superó a Madrimov por decisión — apenas su segunda victoria por puntos en su carrera.

Lubin venció a Holmes por nocaut técnico en el 11°.

Lubin tiene golpe muy pesado. Sus golpes fuertes son inesperados y peligrosos: más del 70% de sus victorias son antes del límite.

Pero la base de Ortiz en este sentido es aún más sólida: solo Madrimov y Bohachuk lograron resistirlo hasta el final.

A los demás — los terminó temprano.

Aunque Ortiz nunca ha sido noqueado, no hay total certeza sobre su aguante: Bohachuk encontró momentos y lo estremeció dos veces. Ortiz recibe bastante, y contra Lubin eso puede ser crítico.

Pero Lubin tampoco es de “hierro”: perdió dos veces por nocaut, y Charlo lo detuvo en el primer asalto.

Para Ortiz, será su tercera pelea en el Dickies Arena. Aquí ya noqueó a Hooker y McKinson. Lubin nunca peleó en este recinto.Ventaja psicológica para Vergil.

Lubin llega con confianza máxima. Habla abiertamente de victoria y hasta de nocaut. Está en una racha de tres victorias, y la derrota contra Fundora fue más una consecuencia del desgaste: terminó la pelea de pie y Fundora cayó por sus golpes durante el combate.

Ortiz, por su parte, tiene algo que demostrar. Sí, superó claramente a Madrimov, pero no finaliza a sus rivales desde 2024.

Y Ortiz es una de las figuras principales de la división. De boxeadores así se espera dominación.

Por eso, la tarea de Vergil es no solo ganar, sino hacerlo de forma contundente, para que vuelvan las conversaciones sobre peleas por títulos.