Por fin, Pomerleau tendrá un oponente con el que el combate promete ser realmente competitivo. Derek comenzó el torneo enfrentando a Ustyan Liparit —fue una pelea complicada, pero al ucraniano le faltó experiencia—. Luego iba perdiendo ante Paul Ryan, aunque lo salvó su poder de golpeo. Su tercer rival fue el también ucraniano Rybalko, un oponente con un estilo favorable para él.

Y ahora nos espera un enfrentamiento verdaderamente intrigante.

El colombiano Sinisterra es un boxeador de gran envergadura, resistente y con una pegada poderosa. Algo lento, a veces tarda demasiado en tomar decisiones, pero es precisamente el tipo de rival que representa una amenaza real para Pomerleau. Es el tipo de púgil capaz de soportar los golpes del canadiense y tratar de superarlo mediante fuerza física y resistencia.

Ambos boxeadores son casi de la misma edad: Sinisterra tiene 24 años y Pomerleau, 25. Sin embargo, en cuanto a nivel de experiencia y estatus, el canadiense está claramente por encima de su rival y es uno de los participantes más fuertes del torneo.

Pomerleau ocupa el puesto 16 en el ranking mundial del peso medio, mientras que Sinisterra se encuentra en la posición 64.

Pomerleau es un boxeador económico. Esa fue la razón por la que iba perdiendo ante Ryan antes de la detención del combate. Lanza aproximadamente la mitad de los golpes que Sinisterra, apostando más por los impactos precisos y contundentes.

El colombiano, en esencia, tampoco es un atacante particularmente activo. A menudo trabaja a la contra, pero cuando logra interceptar los ataques, no deja escapar a sus oponentes y los castiga con combinaciones.

Pomerleau, en cambio, confía en un golpe limpio y el posterior remate.

El objetivo de ambos es el mismo, pero los métodos para alcanzarlo son distintos.

Excelente ritmo para boxeadores de su edad. Las breves pausas entre combates no parecen afectar su recuperación: ambos llegan al cuadrilátero en buena forma. Esto es especialmente importante considerando su poder de golpeo: la frescura física y la preparación influyen directamente en el resultado.

Estadísticamente, ambos están muy parejos: Sinisterra ha noqueado al 77% de sus rivales, mientras que Pomerleau lo ha hecho al 79%.

La diferencia está en la naturaleza de esos nocauts. El colombiano, grande y fuerte físicamente, destruye a sus oponentes con golpes pesados y presión constante. Así fue en su último combate contra Barico: Sinisterra sobrevivió a un inicio complicado, pero luego desgastó a su rival hasta llevarse la victoria.

Pomerleau opera de otro modo. Es preciso y certero, cercano al perfil de un clásico noqueador: espera el momento, conecta con limpieza y finaliza el combate.

Ninguno de los dos ha pasado aún una verdadera prueba de fuego. La única derrota de Sinisterra no fue antes del límite, y en los momentos difíciles contra Barico logró resistir todos los impactos.

Pomerleau, por su parte, casi no permite que lo golpeen. Es ágil en defensa, obliga a sus rivales a fallar y castiga inmediatamente cualquier error.

Otro enfrentamiento en Riad. Las presentaciones anteriores fueron cómodas: juzgamiento justo, programación adecuada. No hay motivos para esperar algo diferente esta vez.

Pomerleau necesita reafirmar su condición de favorito del torneo. Suma dos victorias antes del límite en tres combates y un lugar destacado en los rankings.

Y será precisamente ante un rival como Sinisterra —fuerte, resistente y paciente— que deberá demostrar que realmente es el mejor.

Desde el punto de vista técnico, el canadiense tiene todo para ganar. Ahora lo más importante será confirmar la teoría con hechos sobre el ring.