Desde el punto de vista estilístico, esta es una de las peleas más interesantes tanto para Haney como para Norman en los últimos tiempos. Es un combate que enfrenta filosofías y enfoques completamente distintos dentro del ring.

Brian Norman es un boxeador agresivo. Pero su agresividad no consiste simplemente en avanzar y ahogar al oponente con presión. Brian se mantiene constantemente en una distancia desde la cual puede atacar a su adversario. Y teniendo en cuenta su poder de golpeo, eso obliga al rival a ponerse nervioso, pensar más y, como consecuencia, cometer errores.

Si el oponente decide atacar, Norman puede ceder la iniciativa, retroceder y dejar que se acerque. Todo esto con el objetivo de provocar intercambios y conectar sus combinaciones pesadas, que son su sello característico.

Haney, por el contrario, es un boxeador estrictamente defensivo. Especialmente en los últimos tiempos, después de la derrota ante Ryan García, que posteriormente fue anulada tras el positivo de Ryan en un control antidopaje.

Cuando competía en el peso ligero, Devin se sentía más seguro en los intercambios, ya que tenía ventaja en tamaño frente a la mayoría de sus rivales. Pero después de García, aún no ha vuelto a mostrar el mismo nivel de boxeo. Contra José Carlos Ramírez, Haney se movió durante casi todo el combate, manteniendo la distancia e impidiendo que su rival se acercara.

Aun así, lo hace a un nivel altísimo. Su jab es preciso, su entendimiento del juego de pies excelente y sabe crear ángulos para retroceder. Todo esto está tan pulido que alcanzarlo o detenerlo es extremadamente complicado.

Norman tiene solo 24 años y realmente está por debajo de Haney en cuanto a experiencia en grandes peleas. El propio Haney lo subraya: afirma que ni siquiera reconoce a los rivales más destacados que ha enfrentado Norman.

Los nombres más conocidos en el récord de Brian son Cuevas, Santillán y Sasaki. Los de Haney son Lomachenko, García, Prograis, Kambosos, Gamboa, Díaz, Linares. Incluso teniendo en cuenta que algunos no estaban en su mejor momento, y que el resultado contra Loma sigue siendo debatido, el recorrido de Haney sigue siendo una gran ventaja.

Curiosamente, Norman —más ofensivo en estilo— lanza menos golpes en promedio: unos 374 por pelea, frente a 447 de Haney. Pero es una estadística engañosa, porque depende de la cantidad de asaltos.

Haney no pelea menos de 12 asaltos desde 2019. Norman jamás ha pasado de 10 —o la distancia era menor, o ganaba antes del límite.

Haney es más preciso: un 27% de golpes conectados frente a 20% de Norman. La diferencia es mayor en los jabs: 23% vs 15%.

Pero hay que destacar la estabilidad de Norman: su ritmo por asalto casi no cae. Gracias a su estilo, gestiona muy bien la energía y puede mantener la actividad hasta el final.

Además, Norman reparte mejor las zonas de ataque: aproximadamente 22,4% de sus golpes van al cuerpo. Haney solo 12,3%.

Haney tuvo un solo combate este año, pero le dio más asaltos que dos peleas completas de Norman. Sin embargo, la cantidad no lo es todo.

Haney venció a Ramírez con claridad, pero el combate fue poco vistoso y empeoró su imagen entre parte de los aficionados.

Norman completó dos campamentos y noqueó a sus dos rivales: Cuevas en el 3º y Sasaki en el 5º. Esto claramente le dio confianza: se le ve absolutamente seguro de cómo va a ganar a Haney.

Haney asegura que en wélter golpeará más fuerte porque ya no tiene que deshidratarse tanto. Pero por ahora los hechos son claros: Norman viene de una racha de victorias por nocaut. Haney lleva una larga racha sin nocauts.

Norman aún no ha sido golpeado por un pegador de élite. Lo que recibió en intercambios no lo puso en peligro. ¿Puede Haney dañarlo seriamente? Parece improbable.

Pero Haney no tiene mandíbula de acero. Los golpes de Linares y García le causaron graves problemas. Norman pega como mínimo igual de fuerte, si no más.

La gran incógnita:

¿Podrá Norman conectar golpes claros contra un rival tan móvil y escurridizo?

Haney ya peleó fuera de EE.UU.: en México y Australia, donde además se convirtió en campeón indiscutido.

Norman también peleó en México y Japón, donde noqueó a Sasaki. Pero ninguno ha combatido aún en Arabia Saudita.

Dato importante: Haney llegó a Arabia antes que Norman. Y el clima influye directamente en la condición física.

Si la pelea se alarga, esto podría jugar un papel clave.

Haney carga con la presión de las críticas y su estatus. Era campeón indiscutido, era favorito ante García… pero un solo gancho de izquierda cambió todo.

Ahora vuelve a menospreciar a su rival, diciendo que Norman nunca venció a nadie importante. Quizá tenga razón, pero subestimar al rival ya le costó caro antes.

Norman cree plenamente en su poder. Lo repite constantemente. Está seguro de que puede no solo noquear, sino herir a Haney.

Pero nunca enfrentó a alguien del nivel de Devin. Y la dificultad mayor es simplemente tocar a Haney. Si Norman no logra detenerlo, su poder no servirá de mucho: no se puede noquear lo que no se puede alcanzar.