El primer enfrentamiento entre Serhii Bohachuk y Brandon Adams, disputado en 2021, dejó claro que estilísticamente están hechos para ofrecer una pelea vibrante, perfecta para el público. Ambos buscan instalarse en la media distancia y hacer daño.

Bohachuk es uno de los peleadores más presionantes de la actualidad: persigue sin descanso, combina, desgasta con volumen de golpes.

Adams, en cambio, suele ceder en físico frente a sus oponentes, pero compensa cerrando espacios y obligando a trabajar en corto. No tiene una resistencia infinita para presionar todo el combate, por lo que administra energías, acortando distancias poco a poco o esperando que el rival lo haga.

Ambos se sienten cómodos cerca, lanzando ganchos y uppers potentes. Tarde o temprano —y más bien temprano— terminan entrando en intercambios duros y combinados.

Bohachuk (30 años) llegaba en 2021 como prospecto, todavía sin rivales capaces de aguantar su presión. Esa derrota fue su primera gran lección. Desde entonces cambió de gimnasio, entrenador y enfoque.

Adams (36 años), tras aquella victoria, estuvo inactivo tres años (2021-2024). Antes había enfrentado a figuras como Jermall Charlo o Shane Mosley Jr., con ventaja de experiencia sobre el ucraniano. Hoy esa balanza se inclinó: Bohachuk ha acumulado más y mejor rodaje.

Tras su derrota, el ucraniano encadenó cinco nocauts, luego venció en 12 asaltos a Brian Mendoza, derribó dos veces a Vergil Ortiz en una pelea cerradísima, y superó a rivales incómodos como Ishmael Davis y Michael Fox.

Adams volvió con tres combates (dos victorias y una derrota por SD), pero el largo parón y la diferencia de edad ya pesan.

Bohachuk es uno de los más activos del mundo: cerca de 1000 golpes vs. Mendoza, promedia más de 600 por pelea con 21% de acierto.

Adams apenas supera los 350, con un 17% de efectividad.

El ucraniano conecta más y con mayor precisión en todos los rubros: 16% en jabs (vs. 11%) y 25% en golpes de poder (vs. 20%).

En 2024, Adams disputó tres combates, un buen regreso pero inferior a la actividad de Bohachuk: tres peleas en 2024 y una más en 2025.

Su último reto, Michael Fox, fue complicado por el físico y el alcance, además en un peso superior al habitual, pero logró imponerse.

Adams cayó en su más reciente combate ante Andreas Katzourakis, que lo sometió a un ritmo alto y golpes constantes, aunque un juez aún lo vio ganar 96-94.

El porcentaje favorece al ucraniano: 92,3% de nocauts contra 64% del estadounidense.

Pero fue Adams quien noqueó en su primer choque. El estadounidense puede colocar manos pesadas y ha hecho sentir su poder incluso a campeones como Charlo.

Bohachuk no es un “one-punch KO artist”, sino un destructor por acumulación: combina, presiona y desgasta hasta quebrar.

Ambos tienen buen encaje. Bohachuk solo ha sido noqueado por Adams. Después aprendió a administrar energías y protegerse mejor. Ni Mendoza ni Ortiz ni Davis pudieron lastimarlo seriamente.

Adams, por su parte, pasó la distancia completa contra Charlo y apenas ha perdido una vez antes del límite, en 2015. Incluso frente a Katzourakis, que lo atacó todo el combate, resistió sin desplomarse.

Ucraniano contra estadounidense en EE. UU. podría sonar desfavorable para Bohachuk, pero no parece el caso. Su combate contra Ortiz dejó dudas en las tarjetas, pero Adams no tiene el mismo peso mediático que Vergil. Se espera un arbitraje justo.

Para Bohachuk, es un duelo de revancha y de reivindicación. La derrota de 2021 lo transformó y ahora busca cerrar esa herida demostrando su evolución.

Para Adams, a sus 36 años, ganar significaría mantenerse en la élite, abrir la puerta a más bolsas y quizás a una trilogía. Ambos llegan con mucho en juego y la motivación al máximo.